Anglada tuvo un seat 124 allá por los 70, fué producido en Martorell por trabajadores andaluces, ahora tiene un mercedes producido en Alemania por un hijo de catalanes de Martorell que tuvo que emigrar.
La masia de Anglada  se levanta en terrenos que un día fecundaron magrebíes musulmanes, el sistema de aguas todavía es básicamente de entonces. La palmera de la entrada y los olivos fueron plantados por ellos. Recientemente ha sido reformada por una colla de albañiles paquistaníes.
La coca que Josep se zampa es amasada con el sudor de un ecuatoriano que trabaja en una panadería de Vic y que cotiza a Hacienda como todo quisqui. Los calcots, los ingredientes de la escalivada y la fruta que Anglada traga son recogidas por trabajadores sin contrato de Marruecos y del África subsahariana explotados por agricultores de Lleida y el Baix Ebre que votan a Anglada. La ropa que Anglada viste viene de un taller de costura chino clandestino en Badalona. 
Todo esto y más podría ser cierto.
Son trabajadores:¡Lucha de clases, no de razas!
Postdata: Con todos mis respetos para los trabucaires que no tienen nada que ver con este elemento.