Hoy en día los paisajes son nucleares, las marinas rezuman chapapote, los bodegones sólo reproducen basura y naturalezas muertas, jarrones con flores marchitas y cardos borriqueros, las monnalisas lloran abusos de machos descerebrados pero con dos cojones, no hay retratos tan sólo caricaturas de gente con pasta pero sin lustre, los discóbolos tiran, sí, pero con cocteles molotov ... ya no hay tregua, ni siquiera en el arte.

martes, 13 de mayo de 2008







Otra imagen ya rancia de los destructores de la clase obrera:
Juan Carlos Aparicio, ministro de Trabajo con el PP, dejó la cartera de Trabajo 20 días después de que los sindicatos hicieran la primera huelga general a un Gobierno del PP. Aparicio ya se ocupaba de cuestiones laborales en la oposición. En 1995, fue ponente del PP para el Pacto de Toledo y, tras la victoria electoral, secretario de Estado de Seguridad Social. En estos años, labró una buena relación personal con los líderes sindicales con los que firmó una docena de pactos (dios los cría y ellos se juntan) Pero, sin el acuerdo de las centrales, puso en marcha la reforma laboral de 2001 y se convirtió en la cara visible de la reforma del desempleo impulsada por el Gobierno. 


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